jueves, 12 de diciembre de 2013

Sir Ginkgo Biloba

Hola jardiner@s!!! Cómo va la explosión primaveral?? Hay muchísimo por hacer en canteros, huertas, terrenos... Y el verano ya se empieza a sentir. Por suerte la naturaleza es sabia y en esta época no hay que dedicarse a podar: No me quiero imaginar recortando árboles con 36°...

Hoy me voy a ocupar -¡por fin!- de la germinación de una especie de árbol cuyos ejemplares pueden categorizarse como "legendarios" debido a su longevidad (2500 años!!)  y a sus muy particulares y únicos atributos: El Ginkgo Biloba.
Empecemos por la presentación de este noble caballero...

Google-Pic de un digno ejemplar

Por esas cosas de la vida no recuerdo con precisión cómo llegó el Ginkgo a mí (aunque sí que mi co-autora estuvo involucrada en el asunto), pero sí recuerdo que fue uno de los primeros árboles en los que empecé a centrar mi atención. De hecho, es un árbol muy importante en mi viaje por el reino vegetal ya que fue el primero con el que empecé a experimentar desde semilla.
Pero el Ginkgo tiene con qué ganarse muchos corazones, no sólo el mío, pues para empezar se trata de un árbol que no tiene tipo de familiar alguno existente (no exageraba cuando lo etiqueté de "único"). Se trata de una especie que data del mismísimo período Jurásico, aunque se descubrieron parientes fosilizados del período Pérmico.  

Detalle de las hojas de un fósil viviente

Pero como si su cronología de Guiness fuera poco, este magnífico árbol se guarda algunos trucos más para cautivar. En principio tenemos la forma abanicada de las hojas que, por su peso, suelen pender de las ramas hacia abajo, generando un "movimiento de follaje" de tendencia artística. Da la impresión de que, cuando la brisa se escurre entre las ramas y las hace bailar, el árbol está cubierto de mariposas en vez de hojas...

Sueño de una tarde de otoño
   
Sin embargo, no es hasta que llega el equinoccio de otoño que el Ginkgo revela su mayor esplendor visual. Las verdes hojas se vuelven de un amarillo intenso, como si Midas las hubiera tocado una por una. Lo mejor de todo es que permanecen en ese tono incluso cuando llegan al suelo, salteándose la "etapa ocre" por la que pasan la mayoría de caducifolios. Además, las hojas no llegan a secarse de forma crujiente, sino que conservan bastante su textura (amantes de pisar la hojarasca, búsquense un Plátano...).  
El Ginkgo es también muy utilizado en medicina china y de todo el mundo, cada vez con mayor frecuencia.

Dorado colchón...

Pero no todo es color de Ginkgo (¿?): Cuando los ejemplares hembra (el Ginkgo es de las poquísimas especies vegetales que tienen los sexos separados) alcanzan la edad justa y son fertilizados, producen un fruto que al madurar emana un olor a manteca rancia que espanta a bravíos y cobardes por igual. Y aquí comienza mi aventura...

Municiones fétidas dignas de una guerra odorífera 

Dispuesto a probar suerte de principiante con el Ginkgo, y advertido -pero no consciente- de los riesgos putrefactos de tal empresa, me lancé a recoger frutos caídos en una simple bolsa. Fue a fines de Marzo-principios de Abril, hace un par de años. Por suerte tuve quien que me fuera guiando en el proceso, pues reconozco que no es una de las mejores elecciones para principiantes debido al proceso de limpieza de las semillas; aunque de todas formas con la suficiente paciencia y buena predisposición se puede salir adelante con éxito.    

Mis bebés

Lo primero que es recomendable hacer -antes de separar las semillas de los frutos- es ponerse un buen par de guantes porque, digan lo que digan, si tenemos un sentido del olfato decente comprobaremos que el olor no se va con tanta facilidad... Para separarlos y lavarlos me resultó práctico utilizar agua caliente. Hay que poner bastante cuidado y atención porque la pulpa es engañosa (-.-) y suelen quedar filamentos adheridos a las puntas de las semillas que son propensos a pasarse por alto. Un cepillo de dientes viejo es un gran aliado en estos casos. 
Pero, ¿Por qué es tan importante lavarlas a consciencia una por una? La respuesta es simple: los restos de pulpa descomponiéndose pueden provocar daños al desarrollo de la semilla una vez en tierra. 

En la incubadora... :P

Es recomendable dejar las semillas en remojo durante al menos una semana, cambiando el agua todos los días; lo ideal es que sea tibia. Como sucede con muchos árboles, las semillas pueden estratificarse en heladera. En mi caso, opté por una propuesta más arriesgada (kamikaze!!) y las puse directamente en tierra para ver si era una especie digna de los honores que ostentaba.
Como se ve en la foto superior, armé un invento con ramas secas de Ficus y una gran bolsa de nylon que fui agujereando una vez instalada para que pudiera ingresar el aire. La idea era generar el efecto invernadero necesario para que se active el embrión con mayor rapidez, ya que tienen fama de ser muuuuy lentos al germinar, y quien les escribe, de ser muuuy ansioso.  

Para el sustrato utilicé: 
  • Tierra negra de jardín
  • Turba
  • Carbón desmenuzado, para airear y drenar.  
  • Leca, para la base de la maceta   
La perlita también es bienvenida si no les gusta el carbón, y con el tiempo incluso les añadí humus de lombriz.    
Germinación (imagen prestada de Google, por no encontrar la propia...Grrr)

Aproximadamente a los 3 meses, comenzaron a brotar con fuerza, y de ahí no pararon... La maceta la mantuve siempre en interior, recibiendo luz y sol por la ventana. No obstante, una vez empezaron a germinar, retiré el techo de nylon y los llevé al exterior para la primavera, donde permanecen hasta al día de hoy. Para trasplantarlos esperé hasta el primer año de edad.  

"Mi primer añito y medio"
Y ahora una foto actual:

Hasta el Botánico de Palermo no paran!!

Para cerrar (se hizo larga la cosa!), hay que tener presente que, elijan el sustrato que elijan, requiere suelos bien drenados, semi-sombra cuando son peques y luego sol directo cuando pueden considerarse un árbol en toda sus forma. Si los trasplantan, es bueno conservar las mismas condiciones y añadirles un poco del sustrato en que nacieron alrededor de las raíces. 
  
Como último dato curioso de esta maravillosa obra del reino vegetal, les cuento que ganó mucha fama cuando se descubrió que fue el único superviviente que rebrotó tras el genocidio de Hiroshima (Aquí está la estrella). Creo que es todo un logro para ganarse el título de "Sir Ginkgo Biloba".

Hasta la próxima!!!





Fuentes: Wikipedia, Infojardín (fichas), Google imágenes.  

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