lunes, 12 de agosto de 2013

El Éxodo de las Aloe Vera

Hola Jardine@s!! Cómo los trata Agosto? 

En mi primera entrada oficial comienzo, -paradójicamente-, con una despedida. 

Hacía tiempo que al ir y venir del frente al fondo de casa algo me hacía ruido, me molestaba a la vista. No tardé en apuntar la causa del exceso al manojo de Aloe Vera que se expandió sin control alguno desde que fueron regaladas por mi abuelo. Si bien no era la única especie de Aloe que crecía en el jardín, sí era la única que se había desmesurado en espacio y tamaño.
Jurassic Park... Un poroto!!


Finalmente, con pala y guantes en mano, me decidí a erradicar ESA variedad en particular. Lo que nunca pensé fue que sería una lucha campal contra fuerzas vegetales prehistóricas...

Preparado para la batalla

En primer lugar, la mayoría de las espinas atraviesan los guantes como si nada; motivo por el cual la ayuda de la pala es, por momentos, imprescindible. No obstante, ni la pala puede hacer mucho a la hora de arrancar semejantes tubérculos, por lo que la opción más viable termina siendo utilizar una herramienta mucho más antigua y prensil: las manos. Las hojas más grandes se parten demasiado fácil y hay que apuntar a lo que sería el tallo de la planta. Así fue que me encontré rematando las Aloe Vera súper-desarrolladas como quien tironea de un asno empacado...   

A mitad del trabajo. Faltaba lo peor...

En segundo lugar, hay que tener en cuenta la savia babosa y abundante que emana de las hojas cortadas. El enchastre está garantizado, -aunque sería lo de menos-, y al cabo de un rato, si no se va despejando lo quitado el suelo bajo los pies se pone casi resbaloso.
Por último, es bueno saber que al enfrentarse a semejante "yuyerío" con las manos existe la posibilidad de encontrar una notable horda de insectos que pueden incluir, - como sucedió en este caso-, desde caracoles cono hasta exóticas arañas rojas.    

A fuerza de mano y pala. Valió la pena, no?
  
Luego de 3 horas de arrancar, descuartizar (¿?) y limpiar los despojos, miré mis pantalones y me sentí un carnicero vegetal.    


Los cadáveres...

Sintetizando la experiencia:

♣ Si bien son plantas relativamente fáciles de remover, las complicaciones aparecen cuando crecen sin medida y forman una colonia. 

♣ Al jalar de las Aloe no conviene fiarse de las hojas, pues se parten fácilmente. Lo mejor es reunir valor, estudiar la maraña, cortar hojas que molesten y buscar la parte más cercana a la tierra ("tallo"), que no tiene espinas. 

♣ Es muy útil limpiar el suelo a medida que se avanza ya que la humedad constante se mezcla con la savia y los restos de hojas formando un emplasto que dificulta el afirmarse para ejecutar el "tironeo". 

♣ Parece obvio, pero está bueno usar ropa a prueba de "baba" y guantes gruesos que disminuyan el contacto con las espinas y/o insectos. Si se pueden tener los brazos cubiertos, mejor aún. 

♣ Si se quiere erradicar por completo, prestar atención a no dejar ninguna raíz o brote, por más pequeño que sea. 

Eso fue todo por hoy. Si tuvieron alguna situación similar, no duden en comentar! 

Espero les haya servido la mía.

Hasta la próxima!! 





     

miércoles, 7 de agosto de 2013

Bienvenidos


Los invitamos a este espacio de aprendizaje desde la experimentación, una suerte de bitácora de nuestras aventuras, -y desventuras-, en los dominios de la diosa "portadora de las estaciones", mejor conocida por los griegos como Deméter.  
La curiosidad y el amor por la naturaleza son los motores que nos impulsan a la hora de compartir en este blog el camino hacia la creación de nuestros primeros jardines. Somos los "mortales" a cargo de este proyecto:


Nombre: Gerard Ferquiel

Edad: 26

Flor preferida: Jazmín, narciso

Árbol favorito: Ginkgo, liquidambar, palmeras   

Amor imposible: Magnolia

Siempre me sentí atraído por la naturaleza: los animales, las plantas, los minerales, sus mágicos fenómenos... De niño ayudaba a mi abuela a mantener su jardincito de macetas con mi propia regadera; ése fue mi primer contacto consciente con el reino vegetal. Me encantaba salir de aventuras por el fondo de mi casa en busca de insectos raros y cada vez que mi madre traía una planta nueva yo estaba ahí para inspeccionarla, olerla o tocar la textura de sus hojas. Muchos años después la vida me reencontró definitivamente con este mundo y comencé a experimentar con mis propias plantas y semillas que recolectaba por doquier. Hoy, mi casa está invadida de macetas, la heladera incorporó la función "estratificación" e infojardín es la parada obligada ante cualquier duda. Puedo decir que el jardín se pasó a ser de un parque de juegos a mi cable a tierra.





Nombre: María Fernanda Goracy 

Edad: 26

Flor preferida: Todas las amapolas (incluso las falsas), delphinium

Árbol favorito: Ginkgo, manzano, cerezo   

Amor imposible: Echináceas 

Creo que mi amor por las plantas también está relacionado con mi abuela. Aunque no la  ayudaba mucho, era más bien de desarmar capullos para ver que tenían en su interior o de esparcir semillas, como las de los brincos, divertidas para mí porque saltaban para todos lados.  Después fue simplemente rendirse ante la belleza,  los aromas, los colores y la variedad de formas. 
Hace unos par de años tuvimos que hacer unas remodelaciones en casa que dejaron algunas partes del jardin en muy mal estado. Era bastante desesperante ver los cascotes y el polvo por todos lados, pero una vez que limpiamos me di cuenta de que teniamos una buena oportunidad para empezar de nuevo.  Soy un poco coleccionista de especies y me gusta de todo, pero sin dudas soy una enamorada de las flores, espero que les resulten interesantes mis propuestas.